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Y luego está la poesía de Denis Johnson, que es un punto y aparte. A Johnson le han publicado en nuestro país casi todas sus novelas (no creo que ya esté traducida la última de ellas, Tree of Smoke) en editoriales de prestigio, pero ninguna de ellas ha querido hincarle el diente a esta plétora de imágenes de la América más indómita y menos diáfana. Este volumen recoge sus cuatro libros de poemas, a los que Johnson ha dedicado 25 años de su vida como escritor, además de una selección de poemas sin publicar. Desde los versos veloces y metafóricos del primer poemario, The Man Among the Seals (“emptying into / the freezing, quiet alleys / there is the voice of a single / ferreting drunk. if he is singing / it is lovely, and if he talks on / strangely, he, at least, / understands”: “evacuada en / los callejones mudos y helados / se oye la voz de un único / borracho hurón. si es una canción / es encantadora, y si sigue hablando / de modo extraño, él, al menos / entiende”), pasando por los autorreflexivos de Inner Weather (“There is part / of this poem where you must / say it with me, so / be ready, together we will make / it truthful, as there is gracefulness / even in the motioning of those / leafless trees, even in // such motion as descent”: “Hay una parte / de este poema que debes / recitarla conmigo, así que / estate preparado, juntos haremos que / sea verdadera, igual que hay elegancia / incluso en el movimiento de esos / árboles sin hojas, incluso en // un movimiento como el descenso”) y por los impactantes y decisivos de The Incognito Lounge (“The world will burst like an intestine in the sun, / the dark turn to granite and the granite to a name / but there will always be somebody riding the bus / through these intersections strewn with broken glass / among speechless women beating their little ones, / always a slow alphabet of rain / speaking of drifting and perishing to the air”: “El mundo estallará como un intestino al sol, / lo oscuro se convertirá en granito y el granito en un nombre / pero siempre habrá alguien que monte en autobús / y pase por los cruces cubiertos de cristales rotos / entre mujeres sin habla que pegan a sus pequeños, / siempre un lento abecedario de lluvia / que le habla al aire de la deriva y la muerte”), hasta llegar a los extensos y desparramados de The Veil, narrativos y eternos, la poesía de Denis Johnson, en palabras de Raymond Carver, que tanto la admiró, está “impulsada por un deseo voraz de encontrarle algún sentido a la vida vivida”.

[Denis Johnson, The Throne of the Third Heaven of the Nations Millenium General Assembly, Nueva York: HarperCollins, 1995, 225 pp.]

1 Comment:

  1. L.R. Gosling said...
    ¡Jau!

    Sólo escribía para dar las gracias por la existencia de este blog.

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