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Cuando a un escritor contemporáneo se le dedica un primer volumen de estudios críticos, uno se debate entre estar de enhorabuena o ceder a las suspicacias. Esta situación se nos antoja similar a la que Russell Harrison exponía en el preámbulo a su volumen de ensayos sobre Charles Bukowski Against the American Dream: Essays on Charles Bukowski (Santa Rosa, CA, Black Sparrow Press, 1994), donde expresaba su sorpresa de que un escritor estadounidense de la segunda mitad del siglo XX escribiera sin reparos sobre el mundo del trabajo de su país y el estilo de vida que la actividad laboral imprimía en todo un pueblo. Harrison reflexionaba a continuación sobre la validez de ciertas teorías de corte marxista, procedentes algunas del viejo continente, otras asentadas en el nuevo, toda vez que el capital se había mostrado de forma manifiesta incapaz de proveer el bienestar de las naciones, a pesar de que amplios sectores de la población estadounidense seguían (siguen) presas de la creencia de las bondades del gran dinero. Todo depende, claro está, de en qué lado de la ecuación te encuentres, pues no es difícil intuir que la dicha de unos es el infierno de los otros. Pero retornemos a nuestro primer aserto, ése que casi es sinónimo de hallarse entre Escila y Caribdis, y no tanto por el hecho en sí como por a quién se le dedica la colección de ensayos. Se aplaude el libro porque no hay motivo para rechazar las diversas incursiones más o menos expresionistas en la crítica literaria (unas, de carácter social, otras más centradas en lo puramente textual, casi todas impregnadas de lo biográfico), pero el resquemor de que a un autor tan libre, tan genuino, se le encasille persigue cada instante de la lectura de un libro de esta naturaleza. Conviene, pues, recapacitar. En primer lugar, entre el elenco de analistas encontramos a Rick Bass, novelista y amigo personal de Brown, cuya aportación al conjunto del volumen es la de prologarlo con un panegírico con el que alabar la obra y la persona del autor de Oxford, estado de Misisipi. La introducción corre a cargo de Jean W. Cash, coeditora del volumen y, para más señas, estudiosa de la obra y vida de Brown hasta el extremo de hallarse preparando la biografía del novelista. Los artículos que integran el cuerpo del libro, por orden cronológico de publicación, están dedicados a las colecciones de cuentos, las novelas y los ensayos de Larry Brown, y entre sus autores destacan, a nuestro juicio, el de Jay Watson, que se nos antoja el núcleo del volumen sobre el que gira el resto de escritos. Watson, que en su día editó un hermoso volumen de entrevistas con Larry Brown (Conversations with Larry Brown, Jackson, University Press of Mississippi, 2007), centra su análisis en el Sur estadounidense, y en particular lo que concierne a la economía más desfavorecida de sus habitantes del paisaje rural en virtud de un territorio concreto. La tesis fundamental de Watson es que, referido a Joe, «las condiciones de tensión y penuria económica no sólo impiden la toma de conciencia de temas ambientales en la novela de Brown sino que también, acaso de manera sorprendente, la crean. Joe demuestra que el ambiente sureño exige un profundo análisis socioeconómico: debido a que la historia natural del Sur es, significativamente, sinónimo de su historia social —y viceversa—, cualquier explicación de la […] ecología de una infancia blanca, rural y pobre debe estar acompañada de un estudio económico del paisaje correspondiente» (pág. 49). No se trata, pues, de una fábula en la que un padre y su hijo (y, por extensión, su familia entera) se enfrentan a una serie de peripecias más o menos degradantes, sino que la humillación que sufren los personajes viene provocada por el uso corrupto e indebido una tierra de por sí fértil y próspera. O, en otras palabras, el retrato que Bukowski hacía del ciudadano de clase media o baja de la gran urbe estadounidense lo recoge Brown para aplicarlo a ese mismo tipo de sujeto, ubicado en el fondo abisal del Sur más lacerado. Quizá sea éste el motivo, urgente en el ensayo de Watson pero asimismo perceptible en el resto de los que componen el volumen, que nos alejen de la tediosa dicotomía que planteábamos al comienzo de estas notas, motivo que, como las nereidas con los argonautas, nos ayuden a sortear los monstruos del estrecho de Mesina.

[Jean W. Cash y Keith Perri (eds.), Larry Brown and the Blue-Collar South, Jackson, University Press of Mississippi, 2008, 184 pp.]

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